miércoles, 24 de septiembre de 2008

ARTÍCULO sobre prensa en México

Prensa y negros del arroz
Por Jorge Zepeda Patterson



Felipe Calderón se quejó el jueves de que los periodistas sólo damos malas noticias. Y tiene razón: nota roja, pleitos entre políticos, ineptitudes de las autoridades e infamias similares. Pero los periodistas nos preguntamos ¿podemos escribir y hablar de otras cosas sin caer en la frivolidad o la irresponsabilidad? ¿Hay manera de difundir los discursos sin transparentar el escepticismo que inspiran?

Hace unos meses difundimos las declaraciones triunfalistas de Calderón en el sentido de que estábamos ganando la guerra en contra del crimen organizado. Recibieron despliegue de ocho columnas, de la misma forma que las contundentes declaraciones de Fox hace cuatro años, y las de Zedillo hace once, que anunciaban la erradicación de la inseguridad ¿Qué se supone que debamos de hacer la próxima ocasión que el Presidente asegure, como ya lo hizo, que defenderá la canasta básica, mejorará la economía o vencerá a los cárteles de la droga? ¿Es mala leche hablarle de desempleo al ex candidato que se declaró “el presidente del empleo”?

Las autoridades acusan a los periodistas de ser cínicos y escépticos, de buscar por fuerza “los negros del arroz” en toda acción del poder público. Es posible que así sea. Pero puedo asegurar que no hay posibilidad de ser ingenuo o mantener en alta estima la condición humana luego de algunos meses de cubrir a la clase política. Se aprende pronto que la autoridad sólo dice lo que conviene a sus intereses. En el mejor de los casos es parcial al resaltar ciertos temas y obviar otros; en el peor, simplemente miente. Luego de algún tiempo el reportero no tiene sino dos caminos: corromperse y divulgar la idílica versión oficial, o buscar “los negritos del arroz”.

Ciertamente los periodistas somos malos fiscales a la hora de investigar los vicios públicos. Carecemos de los instrumentos jurídicos y la calificación necesaria. Pero al menos podemos detectarla. Y tenemos que hacerlo porque los fiscales autorizados no están sirviendo. Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, fue el último miembro de la alta clase política que cayó en prisión. Eso fue hace nueve años. Usted escoja: ¿ya no hay corrupción o aumentó la impunidad?

Los lectores piden que los medios hablemos de otras cosas; de los casos de éxito de la sociedad civil, de todo aquello que la comunidad está haciendo. Hay que hacerlo, sí, pero no podemos olvidar que nuestra mayor responsabilidad es evitar que la vida pública sea patrimonio de la autoridad. No podemos dejar los asuntos que atañen a todos en las manos exclusivas de una clase política que nos muestra, una y otra vez, que actúa para su beneficio y, en muchas ocasiones, en detrimento de todos.
Nos encantaría que las autoridades nos dieran motivos para sentirnos orgullos de difundir lo que hacen o dicen. Sería formidable aplaudir la llegada al gabinete de algún personaje con prestigio, y no sólo jóvenes desconocidos sin mayor mérito que la incondicionalidad que le deben a su jefe. Festejaríamos la destitución del “gober precioso”, el enjuiciamiento de los Bribiesca o el fin de los privilegios de los monopolios.
El Presidente aseguró que difundir malas noticias de forma sistemática equivale a renunciar a la esperanza. Por el contrario, no publicarlas equivale a resignarse, a vivir en espejismos, a encerrarse en la negación, hasta que el destino nos alcance.

Mostrar los vicios públicos y las incongruencias de los poderosos representa la única esperanza de que algún día los políticos cambien, aunque sólo lo hagan para no ser exhibidos en la prensa.



viernes, 19 de septiembre de 2008

ARTÍCULO sobre seguridad en México


Breves comentarios a la política de seguridad de Felipe Calderón

Úrsula Alanís Legaspi

Socióloga. Estudiante de la Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas en la UAM-Azcapotzalco

La noche del 15 de septiembre resultó sangrienta. La explosión de dos granadas de fragmentación dejó muertos y heridos en el Centro de Morelia. El caos poco a poco destruyó lo que en un principio pretendía ser una gran fiesta.

Pasada la media noche, el olor a sangre fresca y las imágenes de cuerpos desfallecientes provocaron indignación y temor entre la multitud que ahí se encontraba, y horas más tarde, en la población del resto del país.

¿Quién o quiénes perpetraron el ataque? y ¿Por qué lo hicieron? fueron las primeras dos interrogantes resultantes de este atentado.

El Gobierno de Michoacán y el Gobierno Federal presuponen que integrantes del cártel del Golfo fueron los responsables de este atentado ‘terrorista’. Esta línea de investigación no suena descabellada, si se analiza la fiereza con la que el narcotráfico defiende sus territorios y alerta a sus enemigos.

El ataque cometido a la sociedad moreliana indigna y preocupa, y deja manifiesto la cada vez más decadente y poco operativa política de seguridad del Gobierno Federal.

Es cierto que el país nunca antes había vivido un hecho tan cruel y cobarde, y también es cierto que nunca antes habíamos vivido en un clima de inseguridad tan lacerante. Ante este panorama habrá que recordar que desde su llegada al poder, Felipe Calderón ostentó la instrumentación de una política de seguridad que en un principio prometió aniquilar la violencia y el narcotráfico, males que indudablemente son enemigos del progreso y el desarrollo de cualquier nación. A lo largo de los casi dos años de gobierno de Calderón, México ha vivido momentos más que sangrientos. Día tras día los medios de comunicación dan muestra de ello. No acabamos de deglutir una noticia de esta especie, cuando al día siguiente nace otra que la supera en toda dimensión.

Muertos, decapitados y torturados han aparecido por todo el país mostrando la imparable ola de violencia que nos circunda. El crimen organizado se ha apoderado de todo el territorio nacional. Combatirlo amerita algo más que la organización de cumbres de seguridad y de marchas ciudadanas, requiere de un sistema efectivo de procuración de justicia, pero sobre todo, del desarrollo de un proyecto de nación, que favorezca el crecimiento de la economía nacional, la cual, desde la llegada de los gobiernos tecnócratas, a principios de los años ochenta, se ha adelgazado por la operación de políticas económicas partidarias de la privatización y el libre mercado.

Las organizaciones criminales, sea cual sea su naturaleza, son el reflejo de nuestra degradación social. Aniquilarlas se antoja difícil, si se toma en cuenta que cada vez hay más familias y poblaciones que viven de las ganancias resultantes de sus actos, a todas luces, reprobables.

Por ello me pregunto, si acaso no sería mejor combatir estos malos a través de una agenda política social eficaz, ya que, al parecer, a Felipe Calderón se le ha olvidado que las políticas educativas, alimentarias y de empleo también deben ser consideradas de seguridad nacional. Sólo espero que no conteste con un: “Y yo por qué”.

Comentarios: ursula_alanis@yahoo.com.mx

foto tomada de: http://images.diario.com.mx/2008/09/NAC407516VG_1.jpg

lunes, 15 de septiembre de 2008

ENSAYO sobre Educación rural

ESCUELA SECUNDARIA

www.escuelasecundaria.dnsalias.com

El Referente de la Educación Secundaria en México

LA HERENCIA DE LA ESCUELA RURAL MEXICANA

Mtro. Manuel Hernández Pérez

Sociólogo e historiador. Profesor de la Facultad de

Sociología-SEA de la Universidad Veracruzana.

INTRODUCCIÓN

Los proyectos educativos en el periodo posrevolucionario conservaron las intenciones de civilizar y homogeneizar la cultura de la gente en el medio rural. Intelectuales y pedagogos provenientes de las clases medias de las ciudades defendieron la idea de que era necesaria una formación especializada de los maestros que se encargarían de dicha tarea.

En un inicio, la preparación de maestros rurales fue pensada sólo como una capacitación rápida, pero más adelante se planteó como un proceso de formación amplio que debía ser, ante todo, una enseñanza de tipo práctico, ligada a los requerimientos y necesidades de la vida del campo. La concepción de una enseñanza práctica sirvió de punto de enlace de tradiciones educativas del siglo diecinueve como la enseñanza objetiva, racional y vocacional, con modelos pedagógicos novedosos como la escuela de la acción (basados en John Dewey), en menor medida la educación racionalista y la educación socialista de los años treinta.

El presente trabajo aborda de manera introductoria uno de los pasajes más apasionantes y fundadores de la educación en México: la escuela rural mexicana, que inicio sus pasos en los años treinta y que algunos de sus postulados aún perviven en los métodos de enseñanza actuales. La finalidad central es presentar la forma en que los constructores del nuevo estado nacional elaboraron un discurso acerca del campesino y la forma en que se debería incorporar al desarrollo nacional. En los años treinta sólo una cuarta parte de la población vivía en las ciudades, de allí que la tarea de incorporar o integrar a los campesinos al proyecto modernizador era de vital importancia, por ello se iniciará todo un proyecto para educarlos y trasmitirles las nuevas ideas revolucionarias. Los intelectuales pedagogos estaban entre los llamados a desarrollar este trabajo, uno de ellos, Rafael Ramírez, será citado en este trabajo como ejemplo fehaciente de cómo se fue construyendo todo el imaginario del campesinado posrevolucionario.

I. INICIOS DE LA TAREA

En los inicios de este proyecto modernizador y de construcción del estado posrevolucionario, donde la mayoría de la población se concentraba en las comunidades rurales, era de vital importancia elaborar un plan para incorporar al campesinado a este nuevo esquema. En los inicios de los años treinta el campesino era sinónimo de atraso y del antiguo régimen porfirista que tenía que ser superado y desterrado. Por supuesto que no era fácil hacerlo, atrás quedaban muchos años de lucha. En los años veinte fue una etapa de buscar la unidad nacional, donde se buscaban consensos políticos para evitar la desestabilización por parte de aquellos grupos que quedaron descontentos después de la revolución armada.

Después de este periodo y pasada también la fase más cruenta de la guerra cristera, viene el periodo de la reconstrucción de las conciencias es “el momento en que se forja el imaginario social del nuevo Estado, que operará sobre nuevos sistemas simbólicos, sobre nuevos conjuntos de representaciones, sobre nuevas definiciones del mundo social” (Palacios, 1999:14) Ya no se busca ni desea cambiar por las armas la realidad del país, sino por la fuerza de la razón. Esto se buscó por medio de un intenso proceso de producción de imágenes y símbolos y la construcción de vehículos para su difusión y realización en los ambientes rurales. Eran momentos en que parecía que el futuro se podía alcanzar y los encargados de operar los cambios necesarios entre los campesinos serían los maestros rurales. Esta tarea no fue fácil pues existieron diferencias entre los mismos impulsores de estas políticas desde la Secretaria de Educación Pública, en la búsqueda de crear una idea de campesino que apoyara al sistema posrevolucionario, se dieron varias contradicciones que fueron abordadas y asumidas por los maestros rurales y pedagogos en los inicios de los años treinta, época en que se da una crisis del modelo posrevolucionario.

Los puntos centrales del debate y discrepancia estaban en primer lugar entre posturas que planteaban “homogeneizar o diversificar, integrar o incorporar, aculturar o mantener la campesinidad” (Palacios,1999:12)

El primer enfoque que podríamos llamar productivista, planteaba que los maestros tendrían que tener una orientación técnica y muy práctica, se concebía al campesino posrevolucionario con acceso a más tecnología y con unidades productivas más modernizadas. Esta postura quizás era más cercana a Narciso Bassol. Del otro lado estaba la postura llamada culturalista, quienes compartían esta visión planteaban que la estructura social del campesinado debía occidentalizarse, es decir, adquirir los valores y saberes de países hasta aquel momento muy avanzados, pero rescatando y preservando los usos y costumbres de los pueblos campesinos, con la finalidad de impulsar una cultura nacional muy fuerte. Esta postura era cercana a Moisés Sáenz, otro de los intelectuales de la educación rural posrevolucionaria. Cabe mencionar que estas posturas sólo fueron proyectos, no se logró aterrizarlas del todo porque había muchas contradicciones.

Así pues, la construcción del imaginario social en el periodo posrevolucionario y la representación del campesino (y del indígena en el contexto agrario) fue una elaboración de los grupos de intelectuales más involucrados e interesados en este proyecto: los maestros rurales y los intelectuales pedagogos. Ellos tenían un imaginario social fundado en las ideas de modernidad y progreso que debía ser trasladado a las comunidades campesinas. Para llevar a cabo este sueño se contaba con instrumentos o vehículos que trasmitían estas ideas, uno de los más importantes era la revista El Maestro Rural dirigida a los campesinos y maestros rurales en la línea de construir una conciencia revolucionaria. Esta revista comienza a circular en marzo de 1932.

Los intelectuales e ideólogos del Estado posrevolucionario pretendían sembrar en los campesinos un imaginario, un modelo que debía ser la vía para fortalecer y construir el nuevo régimen. Estos ideólogos ejercían una violencia simbólica legítima que les concedía el nuevo Estado. Todas las ideas, formas, imaginario y sus aliados tenían por objeto el imponer una definición del mundo social que correspondiera a sus intereses, los cuales tenían como idea central el progreso material e ideológico de los mexicanos. Para lograr esta meta se comenzó a crear-construir un héroe que llevará hasta los últimos rincones del país este ideario y lo pusiera en práctica, este héroe era el maestro rural. Era el encargado de integrar al país al proceso modernizador. El maestro como figura prometeica que lleva el fuego a los campesinos atrasados y poseedores de una cultura localista.

La escuela rural no sólo debía enseñar a leer y escribir, sino también para liberar a los campesinos, alejarlos de la esclavitud y la humillación. Por ello Rafael Ramírez plantea En primer lugar, les hace falta una cultura general que sacuda y despierte sus inteligencias adormecidas, que los provea de los conocimientos e ideas fundamentales y les inculque ideales y aspiraciones. Esto es importante: No hay progreso posible para la sociedad de espíritu cerrado a toda luz y que viva encastillada en la torre de marfil de su ignorancia.

En segundo lugar, pedimos para el campesino una cultura industrial, que eduque su mano y desenvuelva en él la mayor suma de aptitudes constructivas. En términos generales, esta enseñanza industrial comprenderá secciones de trabajos manuales en madera y hierro, y según las localidades, trabajo de cestería, de sombrerería, de mimbre, de cerámica, etc (Ramírez, 1982:49) Pero la integración nacional no sólo implicaba integrar a los indígenas y campesinos a la cultura moderna, urbana, industrial, ni tampoco bastaba con construir caminos y la expansión de la alfabetización, sino también se debía integrar a los individuos entre ellos, la noción de trabajo grupal, apoyo mutuo, trabajo colectivo, de socialización de los conocimientos y las prácticas. (Palacios, 1999: 40). La educación debería crear un hombre libre, pero subordinado al interés social.

La construcción de una cultura nacional dependía de la transformación de la cultura indocampesina, esto se lograría transformando a la materia de trabajo, los mismos campesinos. En relación a los indígenas y la necesidad de que aprendan español, Ramírez se dirige así a los maestros rurales: …cuando aprendamos un idioma nuevo vamos adquiriendo también algunas de las costumbres y formas de vida del grupo social étnico a quien pertenece aquel idioma. Así, pues, tú debes tener mucho cuidado a fin de que tus niños no solamente aprendan el idioma castellano, sino que adquieran también nuestras costumbres y formas de vida, que indudablemente son superiores a las suyas. Es necesario que sepas que los indios nos llaman “gente de razón” no sólo porque hablamos la lengua castellana, sino porque vestimos y comemos de otro modo y llevamos una vida diversa a la suya. De manera que yo pienso que la función tuya como maestro de una comunidad netamente indígena no consiste simplemente en “castellanizar “a la gente, sino en transformarla en “gente de razón (Ramírez, 1982:65) Los maestros rurales se fueron identificando con los campesinos y su situación, el maestro debía “descender al pueblo” para estar al lado de sus problemas y buscar soluciones; el cambio de discurso donde el campesinado pasa a ser el pueblo, es un salto importante en la lógica de la escuela rural y sus intentos de integración nacional.

El maestro rural sustituyó a los evangelizadores, con fe inquebrantable ante los peligros y salvadores de los campesinos. Esta idea estaría presente en la educación rural durante mucho tiempo. Para 1933 se comenzó a rumorar que los maestros que estaban saliendo de las normales rurales, sustituirían a los improvisados que habían iniciado el gran proyecto integrador de la nación. Se dio una amenaza de huelga por parte de los maestros en el Distrito Federal para defender su posición, pero cabe decir que a los nuevos maestros normalistas se les siguió atribuyendo las mismas funciones y conservaron sus características prometeicas y de cuasi-evangelizadores. Esa era la misión que le encomendó la SEP.

II. LA EDUCACIÓN SOCIALISTA

En este apartado sólo quisiera mencionar de forma general algunos elementos que nos ayuden a entender como se dio el origen acerca de la educación socialista, muy ligada a la educación impulsada desde las escuelas rurales, de hecho existen confusiones entre enseñanza racionalista, enseñanza activa y educación socialista, algunos funcionarios como Emilio Portes Gil en 1928 utilizaba en su discurso de manera confusa escuela socialista y escuela activa (Lerner, 1982:15). Rafael Ramírez partía afirmando que la educación había sido inventada por las clases aristocráticas, pero que en la época posrevolucionaria la escuela era democrática y que tendría que tener una orientación proletaria.

…La escuela es una invención social, y no hay duda de que fue una invención de la clase privilegiada para la educación de sus hijos dentro de los sistemas de privilegios de ella. No fue una invención de la clase proletaria, que agotada por la pobreza y por la ruda labor a que estaba sometida, no tenía ni la energía mental ni el tiempo disponible para ponerse a inventar una institución que educara a sus hijos. La escuela, pues, fue desde su origen, una institución aristocrática, diríamos mejor, aunque repitiéramos, una invención burguesa o capitalista destinada a perpetuar las prerrogativas y privilegios de las clases dominadoras; una institución que trasmitía no sólo una cultura más refinada sino que propagaba también un modo aristocrático de ver el mundo y una filosofía social según la cual una clase minoritaria tiene pleno derecho a vivir a expensas de una multitud hambrienta, desarrapada e inculta (Ramírez, 1982:76-77) Al mismo tiempo Ramírez defendía un tipo de educación socialista para los pueblos socialmente atrasados, para que pudieran emanciparse y dejar de lado la servidumbre, para ello se requería una escuela que cumpliera esta misión y no podía ser otra que la escuela socialista. Lo interesante de este enfoque es que se daba una mezcla entre ideas socialistas inspiradas en la experiencia rusa, pero también se tomaban elementos de la escuela activa norteamericana, sobre todo los enfoques de John Dewey de la formación del pensamiento reflexivo que asegura la participación creativa y responsable como ciudadano (Ramírez,1982:94)

Las características centrales de la educación socialista propuesta por los pedagogos posrevolucionarios eran las siguientes:

Nacionalista, en el sentido noble de que dará a conocer y procurará hacer apreciar y estimar nuestros propios valores culturales.

La educación socialista que a través de la escuela mexicana será igualitaria.

La educación socialista que a través de la escuela mexicana se imparta, será tendenciosamente desfanatizante.

La educación socialista que vamos a impartir a través de las escuelas primarias de México, será progresiva.

La educación socialista que se imparta a través de la escuela mexicana, debía ser funcional y activa, indicando con esto que la enseñanza debe partir de las necesidades y conducir a la satisfacción de las mismas, y en donde los alumnos aprendan las cosas haciéndolas, para que sean ellos mismos los agentes de su propia educación y transformación.

Como podemos observar, todos estos intentos por inculcar un nuevo tipo de valores fundados en la idea de progreso y la acción social de los campesinos llevo a concebir un proyecto que facilitara la transformación del país mayoritariamente rural.

CONCLUSIONES

Podemos concluir que el proyecto de la escuela rural de principios de los años treinta sólo se circunscribió al orden cultural como la base para realizar la integración de los campesinos e indígenas a la sociedad nacional.

La escuela rural y su quehacer no se puede imaginar sin la participación de los intelectuales pedagogos y sus instrumentos activos, los maestros rurales campesinos, que se encargaron de trasmitir el sistema simbólico a las masas campesinas.

La revista El Maestro Rural jugó un papel central en el proyecto de integración nacional, fue la plataforma desde donde se buscó implantar las percepciones e ideas sobre el campesino y su relación con el Estado posrevolucionario.

El lenguaje que se elaboró para llevar a cabo este proyecto de nación, giro en torno a la creación de una cultura nacional que sirviera de vaso comunicante entre las capas dominantes y los sectores subalternos, en este caso los campesinos e indígenas.

La construcción de una representación posrevolucionaria de campesino y del problema campesino, fue parte central de la definición de todo el proyecto de nación, que tenía que ser aceptado por las masas campesinas, ya que con el diagnóstico elaborado por los intelectuales y pedagogos de la SEP del sector rural no se podía impulsar un desarrollo adecuado para el país: “La definición del campesino posrevolucionario por parte de los intelectuales pedagogos implicó la delimitación de una nueva campesinidad, esto es, del contenido semántico, las prácticas y las representaciones que se combinaban para significar a ese nuevo grupo social. El proceso de su constitución era central a la consolidación política del Estado pues se trataba de definir una clase cuyo control sería crecientemente fundamental para el poder durante esos años iniciales. En torno de esa definición dio inicio a la elaboración de un complejo aparato institucional destinado a concretar, objetar, vigilar, delimitar y contener dentro de límites precisos a la nueva campesinidad.” (Palacios, 1999:236). Este proyecto era la base de la inserción en el nuevo desarrollo capitalista al que México estaba entrando.

El enseñar a leer a los campesinos tuvo como objetivo principal la formación de la cultura nacional, estaba basado en dispositivos de interpretación, explicación y traducción, para poder incluir a los campesinos en el proyecto cultural de la revolución.

Estos intentos de integración de los campesinos e indígenas en el proyecto revolucionario fue abandonado por el presidente Cárdenas en 1936, al destinar la revista El Maestro Rural sólo para ser distribuida entre los profesores y ya no para los campesinos en general, así se iniciaría otro proyecto con otros actores y otras miradas.

BIBLIOGRAFIA

Lerner Victoria (1982) La educación socialista, COLMEX. México.

Palacios Guillermo (1999) La pluma y el arado, COLMEX-CIDE, México.

Ramírez Rafael (1982) La escuela rural mexicana, SEP/80, México.

viernes, 12 de septiembre de 2008

ARTÍCULO: ¿Seguridad pública en Puebla?


ASí EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO ¿PUEBLA SEGURA?

Jorge G. López Pérez

Estudiante de la Licenciatura de Sociología de la Facultad De Derecho Y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Si bien se percibía la total seguridad en el Estado de Puebla, ahora esa realidad se ha convertido en una aspiración, en un deseo y en un anhelo de todos los poblanos, como cualquier ser humano –pero con buena voluntad- se identifican con la paz, la tranquilidad y la serenidad.

Es comprensible los efectos de la lucha emprendida por el gobierno federal en contra del crimen organizado en los Estados de Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Michoacán, Nuevo León, Aguascalientes, Jalisco, Chihuahua, Yucatán, Durango, Quintana Roo, D.F., Guerrero y Baja California que luchan de una manera sangrienta y descarnada entre sicarios y la PFP, el Ejército, y la policía estatal y municipal en la búsqueda del control y para determinar dos fines principales: a) desarticular las organizaciones de narcotráfico -en las zonas con mayor presencia- y también evitar confrontaciones sangrientas entre las organizaciones por imperar su control en la territoriedad -entre el Cártel de Juárez, el Cártel del Golfo, así como también la de Sinaloa con Joaquín Loera “El Chapo” Guzmán con la colaboración operativa con Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul” , uno de los viejos líderes del narcotráfico en México, e Ismael “El Mayo” Zambada –quienes buscan el control de la territoriedad del Estado de Yucatán, Veracruz, Michoacán y Quintana Roo-, también integrantes de familia de algunos desaparecidos narcotraficantistas que fueron heredados el liderazgo (o poder) como el hermano e hijo de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor De Los Cielos” –controlan en Chihuahua- y los Hnos. Arrellano Félix -en Baja California[1]-, y b) garantizar a la ciudadanía la impronta de la seguridad.

http://www.jornada.unam.mx/2008/09/07/fotos/006n1pol-1.jpg

Sin embargo, a causa de este efecto, a llevado a la dispersión temporal-espacial de cualquier organización criminal –ya sea secuestradores o narcotraficantes-, es decir, estos grupos delictivos se estarán dispersando en otras entidades fértiles del país como Puebla, Tlaxcala e Hidalgo con características de un paraíso apacible y seguro, y un verdadero baladí para los narcotraficantes –hablando propiamente desde la postura subjetiva de los habitantes de estas respectivas ciudades seguras y desde el ángulo de los narcotraficantes-, buscando en esos lugares característico del cielo dos cosas: a)un nuevo mercado (consumidores y mediadores) y posteriormente ser el lugar perfecto para distribuir los estupefacientes a la zona del bajío, del norte (fronterizo) y de la zona del pacifico y del golfo del país y b) establecer principalmente en la sierra norte (compartido entre las entidades federativas de Hidalgo, Veracruz y Puebla) un laboratorio para la elaboración de drogas sintéticas.

Ante esta posibilidad única y cercana –apertura a la realidad-, es inconcebible para los poblanos que el gobierno del Estado de Puebla, aún siga en su letargo de anunciar en los medios de comunicación electrónicos e impresos sus productos –obras por aquí y obras por allá, aparentando ayudar a la gente de la sierra negra, norte y mixteca- y no este verdaderamente tomando las medidas pertinentes para la prevención de la llegada de los grupos delictivos a Puebla.

¿Llegada de los grupos delictivos (narcotraficantes o secuestradores) a Puebla? ¿Acaso en Puebla no se cometen delitos? Al contrario, Puebla se ha cometido y aún se comete cualquier tipo de delito, desde el nivel administrativo, pasando por el delito de la corrupción –cabe recordar el delito de Mario Marín sobre la periodista Lydia Cacho-, el delito de narcomenudista hasta el delito la complicidad del gobierno del estado a un narco-alcalde de Izùcar de Matamoros: Rubén Gil Campos (hoy preso en Los Ángeles, California).

Como podemos ver, en la imaginación de la ciudadanía poblana –y de los ciudadanos de otros Estados que todavía no los alcanza el índice indicado por el gobierno federal para declarar como zona conflictiva-peligrosa- se están construyendo esos imaginarios (ajenos al) en el cielo [2](lugar: Puebla, Tlaxcala, Hidalgo o/y Querétaro), es decir esos imaginarios se están construyendo a partir de la cotidianidad[3], de los discursos dominantes provenientes de los medios de comunicación, gobierno y delincuentes,-en su totalidad como la realidad-.

Acontecimientos ocurridos en los últimos meses en Puebla como: Pretendían el Cártel de Sinaloa utilizar el aeropuerto internacional Hermanos Serdán de como narco–pista[4], Abandonan en Chichiquila avioneta con cartuchos para rifle R15[5] y entre otros acontecimientos; son señales, son manifestaciones de la ruptura/crisis de la duración de la tranquilidad y la serenidad así en la tierra como el cielo.

Septiembre 2008.

Batopilas, Chihuahua.

Notas


[1] “Se reacomodan cárteles: el del Golfo, el más violento; pierde fuerza el de Sinaloa”, en La Jornada, México, 7 de septiembre de 2008.

[2] Hablando y conceptualizando desde la óptica de la sociología de las religiones.

[3] Véase en Nancy A. Ortiz el ensayo: “Lo Imaginario Como Parte De Nuestra Cotidianidad. Análisis De “El Principito” De Antoine de Saint Exupèry”, en: http://actoressociales.blogspot.com/search?q=lo+imaginario+como+parte+de+nuestra+cotidianidad

[4]“Pretendían el Cártel de Sinaloa utilizar el Aeropuerto Internacional Hermanos Serdán como narco-pista”, en La Jornada De Oriente, Puebla, 5 de mayo de 2008.

[5]Abandonan en Chichiquila avioneta con cartuchos para rifle R15” en La Jornada De Oriente, Puebla, 29 de mayo de 2008.


FOTO TOMADA DE: http://www.elcivismo.com.ar/edicion/6808/img/Inseguridad.jpg

domingo, 7 de septiembre de 2008

FORO sobre la despenalización del Aborto


El Aborto: una opción legal

La despenalización del aborto es una realidad en la ciudad de México, pero no en el resto de las ciudades de la república mexicana, la propuesta se esta tratando de llevar a los congresos de diferentes estados, tal es el caso de Veracruz. La voces en contra y a favor no se han dejado de escuchar. Actores Sociales abre un espacio al dialogo y discusión del tema. Opinen sobre los pros y contras de esta medida.

lunes, 1 de septiembre de 2008

ENTREVISTA a Carlos Antonio Aguirre Rojas


Historia a contra pelo

por Gualberto Díaz González

sociólogo, profesor de la Facultad de Sociología, Universidad Veracruzana, Sistema Escolarizado y Sistema de Enseñanza Abierta



Historia a contrapelo

Entrevista a Carlos Antonio Aguirre Rojas

Entrevista realizada en las instalaciones de Radio Universidad Veracruzana al doctor Carlos Antonio Aguirre Rojas, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, a propósito del curso: “La teoría de la larga duración y el análisis de los sistemas-mundo, dos claves para entender a la América Latina y al México actuales”, que ofreció en la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana en el mes de mayo de 2008.

El movimiento zapatista mexicano se inscribe en las luchas de larga duración, pero ¿de qué manera podríamos visualizar el movimiento actualmente?

Creo que es una pregunta fundamental, porque el neozapatismo mexicano forma parte de una familia de nuevos movimientos antisistémicos radicales que pueblan hoy la geografía de América Latina. Vale subrayar una cosa, hoy América Latina se encuentra en el frente de vanguardia de las luchas antisistémicas de todo el planeta. Qué quiere decir esto, que las luchas más avanzadas en términos de organización, demandas, discursos, estrategias políticas, se están desarrollando en el semicontinente Latinoamericano. Para ubicarlo en perspectiva, diríamos que el frente de vanguardia de la revolución mundial en 1920 estaba ubicado en la Unión Soviética: el intento de crear por primera vez en la historia humana una sociedad no capitalista. Corriendo rápidamente la película podríamos decir que 50 años después, en 1970 el frente de vanguardia de la lucha antisistémica mundial se encontraba en la China comunista de Mao: la revolución cultural China. Y desde los últimos quince o veinte años ese frente de vanguardia de la lucha antisistémica mundial se ha desplazado a América Latina: los Sin Tierra de Brasil, las comunidades indígenas más radicales de Ecuador o de Bolivia, el movimiento de los piqueteros argentinos y el neozapatismo mexicano, son movimientos realmente antisitémicos. Pero los zapatistas, antes que todos ellos, abrieron el espacio de visibilizacion de estos movimientos que han empezado a ser reconocidos fuera de América Latina.

¿Cómo podríamos representar el impacto de la lucha zapatista a 14 años de su levantamiento armado? ¿Como podríamos ver su vigencia?

No hay duda que en México la caída del PRI, el régimen de partido de Estado que duró 71 años en el poder, se la debemos a la irrupción neozapatista. No fue en realidad el PAN quien derrotó al PRI en el año 2000, tampoco fue el PRD, sino el conjunto de consecuencias políticas de la población mexicana, contradicciones sociales generadas a partir del neozapatismo, determinó el desmantelamiento de las bases del régimen de partido único y abrió espacios. Pero desde el año 2000 los gobiernos del PAN han sido tan corruptos y neoliberales como los del PRI.

Los movimientos indígenas en Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, existían antes del primero de enero de 1994, pero tenían en general una posición defensiva y una proyección local; en cambio, justo a partir de que los zapatistas se levantan, replantean el papel de los pueblos indígenas no solo en México sino en el mundo. A partir de 1994 la ONU misma empieza a hacer comisiones para estudiar a los pueblos indígenas. La carta de derechos de los pueblos indígenas es un intento de mediatizar, desde arriba, el protagonismo de los pueblos indígenas que, insisto, se están haciendo más visibles en el mundo pero sobre todo en América Latina.

También habría que abonarle al neozapatismo el hecho de generar una especie de modelo universal de funcionamiento para los nuevos movimientos antisistémicos, en términos organizativos, discursivos y de estrategias. El movimiento más avanzado hoy en Brasil son los Sin Tierra; en Argentina es el movimiento de los sin trabajo; y los indígenas mexicanos se han definido como un movimiento de campesinos, los sin ciudadanía, sin derechos, sin reconocimiento de su identidad. ¿Por qué subrayo esto? Porque ahora la protesta social no está viniendo de los centros del sistema, sino de sus márgenes; la gente que está siendo excluida por las políticas neoliberales, la gente que este capitalismo en su fase terminal desecha, es la que ahora se organiza para impugnar. ¿Quiénes están creando uno de los movimientos catalizadores y fundamentales en Estados Unidos? Los migrantes, los que no tienen reconocimiento, los sin ciudadanía y sin derechos en Norteamérica. ¿Quién está siendo un catalizador fundamental en Europa? Los habitantes de los suburbios parisinos, que estuvieron a punto de convertirse en un movimiento europeo; son los sin reconocimiento por razones de racismo, los excluidos del espacio de la sociedad francesa y de la sociedad europea, quienes están funcionando también como un modelo organizativo, de modos de relacionarse con la sociedad civil.

El zapatismo se plantea preguntas de carácter universal, desde la perspectiva de Immanuel Wallerstein, por lo que exige respuestas universales, o ¿por qué ha impactado el zapatismo en varias regiones del planeta, cómo se vincula con las demás luchas, por qué en Europa lo miran como vanguardia?

Debemos preguntarnos que luchas sociales, movimientos de protesta, ha habido pocos a todo lo largo y ancho de la historia, pero ¿por qué ciertos movimientos alcanzan una difusión mucho más amplia en la opinión mundial, con repercusiones que trascienden su ámbito local? Wallerstein pone tres ejemplos en el siglo XX: el movimiento de Gandhi en la India se convirtió en un modelo y en un movimiento que no solo tenía impacto a nivel de la india sino a nivel mundial; el movimiento de Nelson Mandela y el Congreso Nacional Africano no sólo tenía relevancia para Sudáfrica o para el continente africano sino para el planeta en su conjunto; y lo mismo le ha sucedido recientemente al movimiento neozapatista al grado que, dice Wallerstein, las figuras de Gandhi, Nelson Mandela y el subcomandante Marcos son como una suerte de iconos mundiales de la lucha y la protesta antisistémica. Y la pregunta que se hace el propio Wallerstein: ¿por qué?, la respuesta va en el sentido que lo planteabas hace un momento, que estos movimientos, a diferencia de otros, han logrado plantear preguntas de carácter universal a través de conflictos locales y lograr dimensión universal al proponer respuestas universales. El movimiento de Gandhi se convirtió no en un movimiento por la independencia de la India sino en un movimiento en contra de todo colonialismo en el planeta, por eso los pueblos que luchaban en contra de la opresión colonial veían un modelo en la lucha de Gandhi; el movimiento de Nelson Mandela y del Congreso Nacional Africano no solamente luchaba contra el Apharthei en Sudáfrica, sino contra toda forma de discriminación racial en el planeta y entonces empezó a tener seguidores y ecos en el propio Estados Unidos, donde el racismo es extremo; y los neozapatistas también han logrado convertir una lucha indígena en una lucha de los sectores excluidos del planeta, y en ese sentido es una lucha anticapitalista de quienes la propia lógica de reproducción del sistema va dejando fuera. Al plantearse la dimensión universal de los problemas que enfrenta y al darle respuestas universales, la lucha contra el colonialismo, la lucha contra el racismo y, en el caso de los neozapatistas, la lucha contra toda forma de exclusión social, les da una dimensión universal que los vuelve planetarios.

Hablemos ahora de la Otra Campaña, la iniciativa política que lanzó el EZLN en el 2006. A dos años de su inicio ¿cómo podríamos ver en lo cotidiano la presencia de este movimiento social?

La iniciativa de la Otra Campaña muestra la generosidad del movimiento neozapatista. Cuando lanzaron la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y plantearon la Otra Campaña dijeron: “para todos todo y para nosotros nada”. La Sexta Declaración es la prueba de afirmación de los neozapatistas, que han logrado construir en Chiapas un experimento social extraordinario. Cualquier persona que va a los Caracoles y ve la manera en que funcionan sus Juntas de Buen Gobierno y convive y se queda dos, tres semanas, un mes, tres meses, trabajando en las comunidades, ¿de qué se da cuenta?: de que ahí se gesta un mundo nuevo no capitalista, donde no rige la lógica económica, de lucro y de obtención de la mayor ganancia, sino una lógica de economía solidaria, donde no funciona el individualismo posesivo de decir quítate tú para ponerme yo, de afirmarme yo aplastándote a ti, sino una lógica de fraternidad, de resolver los problemas entre todos; si salimos adelante será un nosotros colectivo no un yo. También llevan a cabo proyectos pedagógicos donde los profesores dicen: “yo no soy el que lo sabe todo y los alumnos no saben nada”; porque “yo soy un simple compañero de los niños y juntos como colectivo aprendemos cosas nuevas”. Ahí las relaciones de género se están trasformando de manera radical; las mujeres no ven como enemigo al hombre a pesar de que saben perfectamente la opresión que ellas sufren en este sistema, y dicen: “el hombre es tan víctima del capitalismo como nosotras y lo que tenemos que hacer es acabar con estas relaciones injustas de género luchando contra su matriz que es el capitalismo”.

Si los indígenas neozapatistas fueran egoístas podrían haber dicho: en Chiapas tenemos una presencia social indudable, una fuerza y un poder real, podemos vivir así quince, veinte, treinta, cincuenta, doscientos años y nos olvidamos del país, pero la Sexta Declaración dice:: “estamos dispuestos a arriesgar todo lo que hemos logrado (y todo lo que hemos logrado quiere decir el experimento de los Caracoles) para que nuestro país cambie”/ “nos hemos dado cuenta de que nosotros no podemos vivir en un mundo maravilloso de los Caracoles mientras nuestro país se cae a pedazos”. Y arriesgan todo lo que han logrado en 14 años a escala local para tratar de promover un movimiento que transforme todo México.

La opinión que se ha estado difundiendo en los medios de comunicación en general, de que la Otra Campaña no logró pegar, que está en proceso de declive, es una mentira total. La Otra Campaña está creciendo vigorosa y tiene cada vez más fuerza. Que un movimiento y una iniciativa hayan logrado en solo dos años montar una red de movimiento a escala nacional con quince mil adherentes (y un adherente puedo ser yo o puedes ser tú, es decir, individuos, pero también un adherente es la organización de colonos que tiene 3 mil miembros), una red solidaria de intercambio y experiencias, de búsqueda y de construcción, desde abajo, un programa nacional de lucha en dos años, me parece un logro fantástico. Soy muy optimista en ese sentido porque creo que la Otra campaña está fortaleciéndose, está cobrando fuerza que ya les empezó a meter ruido a las clases gobernantes. Precisamente porque se dieron cuenta de lo exitosa que estaba empezando a ser la Otra Campaña desataron lo que pasa ahora en Chiapas, un escalamiento de la guerra que ha sido documentado por organizaciones no gubernamentales y derechos humanos. Hay que volver a repetirlo: el 70% de los efectivos de los que dispone el ejercito mexicano está hoy acantonados en Chiapas, y el 30% está en el resto del país. Chiapas vive bajo un estado de sitio permanente, pero lo más grave es que en los últimos meses se han estado reposicionando los campamentos militares, se han incrementado los que se llaman “grupos de respuesta inmediata”, se preparan escenarios de guerra. Si no salimos a la calle, si no denunciamos públicamente esto, si no tomamos acciones, podemos vivir no una revisión de Acteal 10 años después, sino un Acteal cuadriplicado. Creo que el gobierno de Felipe Calderón ha estado incrementando esta presión y hostigamiento contra las comunidades zapatistas para detener el crecimiento de la Otra Campaña, y de alguna manera lo ha logrado, porque el plan que tenía los zapatitas de volver a recorrer el país desde finales del año pasado tuvo que ser detenido. Los compañeros tuvieron que replegarse por el momento. Ahora están decidiendo estrategias inteligentes para confrontar este escalamiento de la guerra y seguramente muy pronto nos plantearán nuevas iniciativas, pero el papel nuestro es denunciar este escalamiento de la guerra.

Cuando los zapatistas se preocupan por el conjunto del país y no solamente por su localidad, de la misma manera se están preocupando por el mundo entero, porque saben que una parte no se puede cambiar si no se cambia el todo, ¿es la cuestión de los sistemas-mundo a lo que se refiere Wallerstein?

Claro, esta observación es muy importante. Ellos dicen: por el momento la Otra Campaña es a escala de México, pero hay que recordar que junto a la Sexta Declaración se abrió la Sexta Internacional. Los zapatistas tienen conciencia: cuando se logre cambiar las cosas de manera radical en México, cuando repartamos la riqueza de manera equitativa, cuando instauremos un gobierno de mandar obedeciendo, la tarea que queda es plantearnos el problema Latinoamericano y luego el mundial, o como ellos dicen: “para articular luchas que se están dando en toda América Latina, vincularnos con lo que está sucediendo en Estados Unidos, queremos saber qué cosas se están desarrollando en Europa”. Tienen claro que cualquier lucha a nivel local o nacional sólo se puede decidir a escala global, y entonces quieren contribuir desde México a una lucha que al mismo tiempo se desarrolle en Brasil, Argentina, Europa, Rusia, Asia.

Qué pasa en el escenario político actual, en relación con la demanda de que Pemex no se debe privatizar: ¿existe un movimiento social en la defensa de Pemex o es una movilización coyuntural?; ¿cómo podíamos distinguir estos dos términos que muchas veces se confunden y se malinterpretan?

Cuando hablamos de movimientos sociales se confunden muchas cosas y creo que Inmmanuel Wallerstein ha tratado de aclarar esto, pero no solamente él. Una movilización social tiene un objetivo limitado y puntual, a diferencia de lo que es un movimiento organizado, estructurado, con objetivos inmediatos y mediatos, que eventualmente pueden coincidir con los de una movilización, pero tiene objetivos de mediano y largo plazo. En ese sentido, creo que el movimiento que Andrés Manuel López Obrador está tratando de gestar es más bien una movilización en defensa del petróleo. Estuve en otra entrevista y me preguntaban esto y creo que cualquier mexicano bien nacido se opone a estos procesos neolibelares de privatizar Pemex, pero desde la Otra Campaña, en mi opinión, tendríamos que darle vuelo y amplitud al análisis porque lo que tendríamos que preguntarnos es: Ok, logramos que Pemex siga siendo propiedad estatal”, pero el problema es quién controla hoy el Estado mexicano; estamos defendiendo la propiedad estatal en contra de este gobierno entreguista de Felipe Calderón que quiere privatizar para enriquecerse él, pero pongamos el caso de que el día de mañana hubiese un grupo neoliberal moderado, como el grupo de Andrés Manuel López Obrador, ¿estamos defendiendo la propiedad del petróleo mexicano para que un sector de la burguesía más nacionalista sea quien lo usufructúe? Yo creo que nosotros tendríamos que decir: “claro que nos oponemos a la privatización, pero lo que quisiéramos es que el petróleo sea nuestro, manejado por un Estado que mande obedeciendo”, y plantear cosas concretas: ¿dónde están los beneficios enormes que se están obteniendo hoy del petróleo?, ¿en qué deberían de usarse? Deberían de usarse en gasto social, más escuelas, hospitales, subirle el salario a la clase obrera, pagarle decentemente a los profesores de las universidades, incrementar la investigación científica. Eso no lo va a hacer Felipe Calderón y tampoco lo haría un gobierno eventual de López Obrador, entonces, nosotros estamos en contra de la privatización de Pemex pero no nos basta defender la propiedad estatal del petróleo, tenemos que ir más allá.

El movimiento de López obrador ha encauzado los sentimientos de agravio acumulados históricamente en los mexicanos, los ha encauzado justamente para quitarle el detonador a la granada, es decir, para mediatizar. ¿López obrador de ninguna manera pretende un cambio a la manera de los zapatistas?

Aquí hay que recordar una cosa: López Obrador cuando fue entrevistado y le preguntaron: ¿que cosa es lo que usted quiere hacer?, respondía claramente: “yo no voy a alterar los equilibrios macroeconómicos de nuestro país”. ¿Qué quiere decir no alterar los equilibrios macroeconómicos? Quería decir que no iba a romper con las políticas neoliberales que hemos estado padeciendo los últimos veinte años. Y hay que decir entre paréntesis, él mismo estaba bastante atrasado al respecto, porque ahora el presidente del Banco Mundial y el vicepresidente del Fondo Monetario Internacional están criticando el neoliberalismo al decir que sus políticas quizá no fueron tan buenas, que crearon demasiada pobreza, que acentúan el conflicto social.

Y el propio López obrador ha sido el primero que ha matado la posibilidad de convertir la movilización que hubo en contra del fraude electoral en un verdadero movimiento, porque la gente en el fondo se ha desilusionado mucho. La gente frente al fraude electoral estaba dispuesta, y lo decían sus propios asesores que llegaron a plantear a López obrador: “cerremos la ciudad de México”. Y la ciudad de México es muy fácil de paralizar porque está conectada con el resto del país solo por cinco carreteras. ¿Cuántas personas se necesitan para bloquear una carretera? Como nos lo enseñan los piqueteros argentinos y los indígenas colombianos, con tres mil personas tú paras una carretera y no pasa nadie. Claro, les mandan al ejército, pero los piqueteros no son tontos, cuando el ejército y la policía llegan, se repliegan y lo único que hacen es montar otra vez el piquete un kilómetro atrás, y si les mandan a la policía un kilómetro atrás se repliegan otro kilómetro y les mandan otra vez pero para eso ya dieron la vuelta y por detrás del ejército vuelven a instaurar el piquete. Eso se podría hacer muy fácil en México, bastarían 5 mil gentes para cada una de las carreteras; con 25 mil personas se puede paralizar el funcionamiento de la ciudad de México, y si hubiesen hecho eso habrían obligado a que se revisara voto por voto y casilla por casilla. Pero el propio López obrador no quiso: “no, no queremos derramamiento de sangre”, dijo.

También López Obrador se ha rodeado de una cantidad de personas que no tienen la menor credibilidad. Recuerdo cuando el desafuero, el orador era Porfirio Muñoz Ledo, la gente empezó a chiflar y a criticar y no lo dejaron hablar y Muños Ledo que llevaba preparado un discurso de 15 minutos tuvo que hablar 3 y callarse. Si la gente que rodea a López Obrador es Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho y Socorro Díaz y Jesús Ortega, ¿quién va a querer poner las manos de este país en ese grupo de gentes sin credibilidad política?

Se ha hablado mucho sobre la desvinculación de los problemas sociales con lo que se enseña en las aulas: lo que pasa en la calle y lo que se ve en clases. ¿A qué se debe esta desvinculación?.

Creo que el problema se inscribe en un horizonte más general y que Immanuel Wallerstein ha tratado de desarrollar: la crisis terminal del capitalismo. ¿Qué es lo que ha sucedido? Todos los estados en el mundo viven esto que los economistas llaman la crisis fiscal de los estados; porque ahora tienen menos recursos para atender sus tareas históricas: la seguridad como el monopolio de la violencia (pacificar y asegurar); la salud y la educación pública. Pero la educación y las universidades están en una crisis terrible porque cada vez más el Estado no las provee de recursos para que funcionen normalmente. Y si le sumamos a esto los procesos de privatización de la educación a nivel universitario... la universidad privada está peor, porque sigue una lógica de lucro, se venden los títulos como papeles al mejor postor.

¿Pero la universidad pública por que está en crisis? Además de que le recortan recursos al mismo tiempo se masifica, la demanda crece cuando la oferta disminuye, entonces un profesor que antes le daba clases a quince o a veinte estudiantes, y que podía tutorearlos en el buen sentido, podía con cada uno de ellos tener asesoráis, sugerir bibliografía, reunirse y apoyar a los que estuvieran atrasados; pero eso deja de ser posible cuando el mismo profesor en vez de dar clases a dos grupos, tiene que dar a cuatro, luego a seis y luego a ocho. y cuando sus grupos pasan de ser de veinte a cuarenta, a cincuenta, a setenta... Es lo que ha pasado en todas las universidades del mundo. Además los profesores tienen salarios muy bajos que no les alcanza, por lo que tienen que dar clases en dos universidades, en una pública y en una privada, o buscarse otros empleos para completar.

Es una catástrofe si a eso le sumamos las políticas perversas que el Estado mexicano está siguiendo en los niveles preuniversitarios. Hay que denunciarlo… me quedé impactado de que alumnos míos que estudiaron la carrera de historia ahora sean profesores en secundaria o en preparatoria de ciencias sociales y dicen que el Estado mexicano ha dicho que un profesor de cualquier materia no puede reprobar a mas del 5% de su grupo; si tiene 20 estudiantes tiene que pasar a 19 y, como una ley, solo puede reprobar 1. ¿Qué es lo que esto provoca? Que los niños pasan sin saber escribir bien, no saben leer un texto en el sentido de comprender lo que el texto está diciendo, no saben bien matemáticas, no saben bien geografía, no saben bien historia y, como se vuelve un régimen de simulación, entonces los niños llegan a primaria, a secundaria, a preparatoria y a la universidad sin tener una formación sólida, y no es culpa de ellos, es culpa de la Secretaria de Educación Publica que instaura este régimen de simulación para no reconocer el fracaso de su proyecto educativo.

¿De ahí la desvinculación de lo que el alumno recibe en la universidad con lo que está pasando en su entorno?

Claro, lo que está pasando en las universidades es una pérdida del sentido crítico, los estudiantes si a duras penas están mal aprendiendo las cosas, difícilmente pueden decir: los conocimientos que yo he adquirido en la universidad puedo retribuírselos a la propia sociedad ayudando a entender los problemas sociales que se viven. Aunque debo aclarar un punto, a pesar de todo los estudiantes mexicanos se mueven, no gracias a las universidades sino a veces a pesar de ellas, y tienen esa ansia de saber, se meten a Internet, se vinculan con algunos profesores (porque felizmente los sigue habiendo que, contra viento y marea, siguen introduciendo perspectivas críticas) y tratan de irse de viaje en plan de mochileros a Estados Unidos o se van a recorrer Guatemala y Centroamérica o de repente se suben en un barco y trabajando en él llegan a Europa y se pasan un año y vuelven y esos estudiantes son los que más iniciativa tienen, curiosamente, los que están vinculados a movimientos sociales, que de repente van a los Caracoles zapatistas, participan en la Otra Campaña, preocupados de lo que pasa en este mundo actual y de involucrarse seriamente para ayudar a cambiar las cosas.

Hay un silencio mediático sobre lo que está pasando hoy en Chiapas, ¿cómo podemos contrarrestar esto nosotros como ciudadanos de a pie, como profesores universitarios? ¿Existe realmente una sociedad civil que pueda preocuparse por lo que está pasando en Chiapas?

Creo que sí existe una sociedad civil nacional e internacional, pero justo como lo han dicho los propios neozapatistas, un poco en tono de broma, de que la sociedad civil mexicana es esa especie de señora medio caprichosa de comportamiento imprevisible. No me cabe la menor duda que fue la sociedad civil mexicana la que paró la masacre en Chiapas el 12 de enero de 1994, cuando fuimos un millón y medio de personas y llenamos el zócalo y dijimos no a la guerra y forzamos a Carlos Salinas de Gortari a declarar la tregua y a abrir el espacio de los diálogos de San Cristóbal; cuando la sociedad civil acompañó la marcha del Color de la Tierra; cuando llegaron los 1111 zapatistas; la consulta de los cinco mil delegados... creo que ha jugado un papel fundamental. Pero desafortunadamente la sociedad civil tiene este comportamiento cíclico, cuando hay una situación de emergencia se manifiesta contundentemente y a veces realiza un apoyo importante y logra incidir de una manera fundamental, pero no se ha logrado que esta sociedad civil adquiera una estructura orgánica y participativa y, en ese sentido, que esté constantemente presente, no solo en situaciones de emergencia. Uno de los objetivos de la Otra Campaña va en ese sentido: ser una red que pueda darle un esqueleto orgánico a esta participación constante y activa de la sociedad civil.

Y lo que se puede hacer contra el silencio mediático es denunciar en todos los foros que nos sea posible. Si somos periodistas de radio o escribimos, debemos denunciar esta situación: que la llamaba guerra de baja intensidad se está volviendo una guerra no declarada públicamente pero en acto en contra de las comunidades zapatistas. Y en segundo lugar, salir a la calle y protestar para denunciar el riesgo creciente de una salida militar al conflicto y, debemos insistir en esto, la peor de las salidas al conflicto en Chiapas es la militar, pero desafortunadamente parecer ser que el grupo de Felipe Calderón está acariciando la tentación de tomar esa salida.

Llama la atención un hecho: desde que Felipe Calderón tomó posesión como presidente de México nunca ha hecho una declaración pública sobre Chiapas, nunca ha dicho cual es su posición. Porque Vicente Fox decía tonterías: “voy a resolver el conflicto en 15 minutos” y después permitió que la Marcha del Color de la Tierra llegara a la ciudad de México, después manipuló las cosas y con el aval del PRI, PAN y PRD, echó atrás la reforma indígena. Pero calderón no ha hecho una sola declaración pública sobre el conflicto en Chiapas, lo cual me parece un presagio siniestro que, insisto, debemos detener con la denuncia y la movilización.